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Asesinó a su abuelo y luego lo arrojó a un tiro de mina de 178 metros de profundidad en Guanajuato.

Guanajuato, Gto. 24 junio 2022. (Al Instante).- Un hombre que asesinó a su abuelo y arrojó su cuerpo a un tiro de mina de 178 metros de profundidad, en Guanajuato, fue condenado a 10 años de prisión.

Horas antes de desarrollarse la audiencia de juicio oral, Jeffrey “N” aceptó pagar la reparación del daño y no impugnar la sentencia que dictó el Juez de la Causa.

El Juzgador determinó que este sujeto, deberá pasar 10 años en la cárcel, al ser encontrado culpable del delito establecido en la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del sistema nacional de búsqueda de personas en relación al ocultamiento de un cadáver, con la finalidad de ocultar la comisión de un delito diverso.

El pasado 11 de octubre, la Unidad Especializada de Personas Desaparecidas, recibió una denuncia por la no localización del masculino de 47 años, J. Cruz Agustín “N”, vecino de la colonia Manantial, en esta ciudad capital.

El denunciante, hijo del desaparecido, destacó que su progenitor vivía solo y como de costumbre, le llamó a su celular, sin obtener respuesta. Al acudir al domicilio del ofendido, no abrieron la puerta y el celular sonaba al interior del inmueble, por lo que se brincaron y se percataron que su cartera y teléfono se encontraban en la sala del inmueble.

A partir de ese momento, revisaron en Seguridad Pública y hospitales, en donde les manifestaron que no tenían a ninguna persona registrada con el nombre del desaparecido.

De igual manera, agentes de Investigación Criminal adscritos a la Unidad Especializada en Investigación de Homicidios, tuvieron intervención y en un trabajo coordinado con activos de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas, realizaron acciones a lo largo de varios días.

Finalmente, el pasado 21 de octubre, se obtuvo información que el cuerpo del hombre de 47 años podría estar en los arreadores de un tiro de mina denominado “Robín”, ubicada en la localidad conocida como “El Rebelde” en Guanajuato capital.

 Investigación.

El trabajo ministerial y los servicios de criminalística comenzaron a desarrollarse en la escena del delito, con el reconocimiento y el acopio de las pruebas materiales, además de testimoniales y otros vestigios recuperados en el domicilio del ofendido.

Así, se pudo establecer que el 11 de octubre de 2021, aproximadamente a las 03:00 horas, el imputado Jeffrey “N”, arribó en un vehículo marca Nissan Tsuru al domicilio de su abuelo.

Al tocar en el domicilio, el agraviado le permitió el acceso y después de unos minutos, con un pretexto, el hoy sentenciado lo conduce a un espacio al fondo en la planta baja, en donde lo somete con violencia y lo golpea con un bate de madera grabado con la leyenda “Fernando”, y lo asfixia con un cinturón que coloca en su cuello, hasta que el ofendido cae al suelo.

Una vez que el cuerpo dejó de moverse, lo envolvió con unas cobijas, junto con dos cinturones que utilizó para presionar su cuello, mientras limpió la sangre de la casa y recogió unos pedazos del bate que rompió con los golpes. El cuerpo lo introdujo al interior de la cajuela del Tsuru, y aproximadamente a las 05:00 horas, se retiró del lugar.

Al llegar al tiro de la mina, Jeffrey “N”, sacó el cuerpo del vehículo, quitó los cinturones del cuello de la víctima y pasó el cadáver entre los barrotes del enrejado, para lanzarlo al interior del tiro de la mina.

El 21 de octubre de 2021, 10 días después de los hechos, la búsqueda arrojó resultados gracias a una cámara de inspección de pozos profundos, y se recuperó el cuerpo de J. Cruz Agustín.

En seguimiento a la investigación para interpretar correctamente los hechos y reconstruir lo ocurrido, criminalistas encontraron, en las tareas de procesamiento del lugar, indicios claves como una cobija en tonos guindas y parte de una caña de pescar y, a un costado del camino de terracería que va de las comunidades Calderones hacia el Rodeo, se localizó un fragmento de madera tipo bate con la leyenda “Fernando”, entre otros.

Con la sanción privativa de libertad por 10 años, obtenida a través de un procedimiento abreviado, Jeffrey “N” está obligado a la reparación del daño a víctimas indirectas. Asimismo, se le negaron los beneficios consistentes en semilibertad y trabajo en favor de la comunidad; también la conmutación de la pena de prisión y la condena condicional.

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